Introducción
En el artículo “Perspectivas desde la salud socioambiental sobre los extractivismos entre zonas de saqueo y zonas de acumulación”, publicado en la revista (Con)textos: Revista de Antropología e Investigación Social, los autores Laura E. Ortega Elorza, Gabriel Adrián Keppl, Lilian E. Pacheco Magaña, Horacio Pereyra, Paula Re y Damián Verzeñassi analizan el impacto del extractivismo en diversas regiones del mundo. Este trabajo destaca cómo estas prácticas perpetúan desigualdades y provocan daños ambientales, sociales y de salud a través de dinámicas que conectan zonas de saqueo —espacios de extracción intensiva de recursos— con zonas de acumulación, donde se concentran los beneficios económicos.
El artículo aborda la manera en que las prácticas extractivistas generan desigualdades y asimetrías, destacando los impactos negativos en la salud humana y ambiental. A partir de un enfoque interdisciplinario, los investigadores analizan casos específicos en Argentina, México y España, destacando las complejidades inherentes al saqueo y la acumulación, así como las resistencias y alternativas que emergen frente a estas prácticas destructivas.
El extractivismo como modelo de desarrollo desigual
El extractivismo, más allá de ser una actividad económica, se presenta como un modelo profundamente desigual que prioriza la acumulación de capital a costa de los territorios, sus recursos naturales y las personas que los habitan. Este trabajo propone tres ejes principales de análisis: las condiciones que facilitan el proceso extractivo, la intensidad del daño ocasionado y las implicancias para la justicia socioambiental.
En el caso de Argentina, los investigadores se centran en la agroindustria de la soja y el maíz, destacando cómo el 70% de las tierras cultivadas corresponden a transgénicos y el uso intensivo de plaguicidas alcanza entre 500 y 600 millones de litros anuales. Este modelo ha generado graves impactos en la salud humana, como el aumento de casos de cáncer, malformaciones congénitas y afecciones respiratorias, así como en el ambiente, con una deforestación masiva y la degradación de suelos.
En México, el estudio se centra en el monocultivo de aguacate en Michoacán, principal región exportadora mundial. Aquí, la expansión del cultivo ha generado el despojo de tierras, contaminación por plaguicidas y una drástica reducción de la soberanía alimentaria local. Los efectos en la salud incluyen intoxicaciones agudas por agrotóxicos y un aumento de enfermedades crónicas, mientras que el impacto ambiental se manifiesta en la pérdida de biodiversidad y la sobreexplotación de recursos hídricos.
Finalmente, en España, se aborda el extractivismo urbano a través del caso de la expansión portuaria en València. Este proyecto ha provocado la destrucción de ecosistemas, el desplazamiento de comunidades y un incremento significativo en las emisiones contaminantes. Además, la reconfiguración del espacio urbano para beneficiar a grandes conglomerados económicos ha generado profundas desigualdades y tensiones sociales.
Para leer el artículo completo, puedes acceder al siguiente enlace: https://revistes.ub.edu/index.php/contextos/issue/view/3093